¿Para que hace falta un referendum?
La reforma constitucional recientemente aprobada por el Parlamento, con el acuerdo de PSOE y PP y la oposición del resto de la cámara, ha suscitado muchas críticas en el seno de la izquierda, incluido el propio Partido Socialista.
Las críticas se refieren tanto a la forma como se ha planteado la refoma, como al fondo de la misma.
En relación con las formas, una vez más el gobierno socilalista ha sido poco cuidadoso en el procedimiento utilizado para plantear la reforma y en la forma de transmitirlo a los ciudadanos. Ha mirado solo a la Comisión y al Banco Europeo y no a la población española, incluyendo a votantes, simpatizantes, militantes y dirigentes del propio partido y al propio candidato a la presidencia.
El hecho de haberse tomado la decisión en Agosto y practicamente en la prorroga de la legislatura, contribuye a provocar muchas más criticas por las formas utilizadas, pues en estas circunstancias, y con las experiencias anteriores, es imposible que se acepte una actuación de este estilo sin ninguna explicación previa.
En cuanto al fondo de la propuesta, después de las modificaciones introducidas por Alfredo P. Rubalcaba, no se justifica el enorme dramatismo que se está expresando en diferentes foros. Se trata en definitiva de una declaración de intenciones elevada a rango constitucional, que se suma a otras decisiones tomadas en la misma línea en España y en otros paises de la Unión europea, y que como dice J. Perez Royo en la tribuna de El Pais del 5 de Sepiembre titulada La reforma constitucional en perspectiva:
"La reforma constitucional que se está tramitando en España tiene su origen en la necesidad de dar respuesta a una emergencia, pero es en el fondo un episodio en el proceso de constitucionalización de la Unión Europea, que tiene un precedente en la reforma constitucional alemana de 2009 y que va a ser seguida por reformas constitucionales en, por lo menos, los países que comparten el euro como moneda, aunque previsiblemente se extenderá a los demás."
Además de las formas, es discutible la urgencia con que se ha tramitado, pues una reforma que va ser efectiva en el año 2018, no parece ser muy urgente.
Si la urgencia y las formas son criticables y con el fondo se puede estar en desacuerdo, lo que parece una desmesura absoluta es iniciar una campaña para promover un Referendum, que además de no ser legalmente necesario, puede producir una distorsión innecesaria y negativa de la campaña electoral que sería conveniente se centrase en propuestas fiscales y propuestas para generar empleo y salir de la crísis cuanto antes y no en la necesidad de hacer o no un referendum.
La petición del referendum proporciona una estrategia electoral a los partidos minoritarios, que logicamente, aunque con exceso de demagogia, están utilizando.
A los partidos minoritarios se les han unido el 15M, que se apunta a todo lo que tenga una apariencia más o menos asamblearia y los sindicatos, que seguramente están pasando factura al gobierno por otros temas.
Creo que los sindicatos deberían estar mas preocupados por la forma en que el PP pueda controlar el deficit, si ganase las elecciones, que en apoyar convocatorias en las que se equipara al PSOE con el PP y que finalmente contribuyen a la desmovilización del electorado progresista.
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