Después del debate RbcBa - Rajoy

El debate de ayer 7 de Noviembre puso de manifiesto dos formas muy diferentes de entender el futuro de España que se  decide en las próximas elecciones.

Por un lado Alfredo Pérez Rubalcaba que empezando por reconocer algunos errores de los gobiernos de los que formó parte, expuso la ruta a seguir para salir de la crísis que no es un camino solo nacional, sino también europeo pues necesita de dos ingredientes externos:

• por un lado aflojar la presión de los plazos excesivamente cortos para superar el deficit y la deuda que están ahogando a paises  como Grecia, Irlanda o Portugal
• en segundo lugar mayor implicación del Banco Europeo y del Banco Europeo de Inversiones para apoyar el despegue económico del continente.

Estas alternativas hay que defenderlas en primer lugar en Europa donde parece que pronto se daran las condiciones politicas para ello con el avance  de la socialdemocracia en Alemania, Francia y algunos otros países, que permiten vislumbrar el final del excesivo fundamentalismo económico de los actuales dirigentes alemanes y franceses. Una política europea de austeridad  parece imprescindible pero no hasta el punto de cortar  cualquier posibilidad de recuperación.

Por lo demás el candidato socialista puso de manifiesto las contradicciones del programa popular en politicas sociales sin que M. Rajoy fuese capaz de dar una respuesta adecuada, limitandose a enrocarse en el desempleo.

El planteamiento del debate que hizo M. Rajoy fue el que esperaban todos los analistas: centró su argumentación en los cinco millones de parados de los que somos culpables, sin matices, los socialistas y manifestó la necesidad, obvia por otra parte de crear empleo, sin que en ninguna momento indicara cual es el procedimiento para ello, como dijo Alfredo los parados necesitan algo mas que les reconozcan su situación de desempleo.

Un discurso defensivo  y conservador que no arriesga y que pretende mantener la ventaja adquirida durante los años de crísis.

Aunque las encuestas indican una ventaje de Rajoy en la apreciación de los ciudadanos también indican  que esta ventaja  se estrecha por lo que algo puede estar empeznado a cambiar y todavía queda tiempo para reaccionar.